¿Sabías que la bipolaridad afecta cerca de 2.8% de los adultos? Descubre cómo manejar esta condición y mejorar la calidad de vida leyendo nuestro artículo del Blog La Santé para entender los síntomas, factores de riesgo y tratamientos más conocidos y efectivos!

La bipolaridad, también conocida como trastorno bipolar, es una condición mental caracterizada por cambios extremos en el estado de ánimo, energía y niveles de actividad que afectan la capacidad de llevar a cabo las tareas diarias. Es fundamental entender esta condición para poder manejarla eficazmente y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.

¡Empecemos por conocer qué es la bipolaridad!

El trastorno bipolar es una enfermedad mental que provoca cambios inusuales en el estado de ánimo, la energía, los niveles de actividad y la capacidad para realizar tareas diarias. Estos cambios pueden incluir episodios de manía, hipomanía y depresión, y pueden ser severos y debilitantes. La manía puede causar hiperactividad, disminución de la necesidad de dormir y comportamientos impulsivos como gastar grandes cantidades de dinero, involucrarse en actividades arriesgadas o tener ideas grandiosas sobre uno mismo. Durante estos episodios, la persona puede sentirse extremadamente feliz, irritada o agitada. Por otro lado, los episodios depresivos se caracterizan por una tristeza profunda, falta de energía, dificultad para concentrarse, cambios en el apetito y el sueño, y en casos severos, pensamientos de muerte o suicidio. Estos cambios extremos en el estado de ánimo no solo afectan a la persona que los padece, sino también a su entorno social y laboral.

Conozcamos los síntomas:

Los episodios de bipolaridad incluyen, como mencionamos anteriormente; manía (euforia extrema), hipomanía (menos grave que la manía), y depresión, aunque  pueden variar en intensidad y duración según el paciente, no obstante, físicamente se pueden manifestar de diversas formas, aquí te dejamos un listado detallado:

  • Cambios en el apetito (aumento o disminución).
  • Pérdida de peso o aumento de peso no intencional.
  • Fatiga o pérdida de energía.
  • Problemas de sueño (insomnio o hipersomnia).
  • Dolores y molestias inexplicables.
  • Problemas digestivos sin causa aparente.
  • Dificultad para concentrarse y recordar detalles.

¿Quiénes son más propensos a sufrir este trastorno?

El trastorno bipolar puede afectar a personas de todas las edades, ¡nadie escapa! pero generalmente se manifiesta en la adolescencia tardía o en la adultez temprana. Según el National Institute of Mental Health, los jóvenes entre 18 y 29 años son más propensos a ser diagnosticados con este trastorno, posiblemente debido a la vulnerabilidad del cerebro durante el desarrollo adolescente y las presiones ambientales. Los cambios hormonales y las experiencias estresantes durante estas etapas de la vida, pueden desencadenar los primeros episodios​. Además, un estudio publicado en el American Journal of Psychiatry encontró que la herencia genética juega un papel significativo, aumentando el riesgo de desarrollar bipolaridad en individuos con familiares cercanos que padecen este trastorno.

¿Qué tipos de bipolaridad hay? Descubrámoslo:

Existen diferentes tipos de bipolaridad, pero solo un médico especializado puede identificarlos, los conocidos son:

  • Tipo I: se caracteriza por episodios maníacos que duran al menos siete días o síntomas maníacos severos que requieren hospitalización inmediata. Los episodios depresivos suelen durar al menos dos semanas. Este tipo puede incluir episodios mixtos, donde se presentan síntomas de manía y depresión al mismo tiempo.
  • Tipo II: incluye episodios depresivos y episodios hipomaníacos, que son menos severos que los maníacos del Bipolar I. Los episodios hipomaníacos no alcanzan la gravedad de la manía y no suelen requerir hospitalización, pero aún pueden afectar significativamente la vida diaria.
  • Ciclotimia: consiste en periodos de síntomas hipomaníacos y depresivos que duran al menos dos años, pero no cumplen con los criterios diagnósticos de episodios maníacos o depresivos completos. Estos síntomas pueden ser menos intensos, pero la duración prolongada puede causar una interrupción significativa en la vida de la persona.

 

Así podemos detectar y diagnosticar esta enfermedad:

La bipolaridad se diagnostica mediante una evaluación clínica hecha por profesionales de la salud, que incluye un historial detallado de los síntomas y antecedentes familiares. Los expertos en salud mental pueden usar cuestionarios y/o escalas de evaluación específicas para identificar la presencia y gravedad de los episodios maníacos y depresivos. No obstante, existen factores externos que pueden exponer  las personas a sufrir o tener episodios de bipolaridad, te los contamos a continuación.

Factores de riesgo externos e influyentes para sufrir bipolaridad:

  • Estrés crónico: situaciones prolongadas de estrés pueden desencadenar episodios maníacos o depresivos.
  • Trauma emocional: eventos traumáticos como abusos, accidentes o la pérdida de un ser querido.
  • Uso de sustancias: el abuso de alcohol y drogas pueden aumentar el riesgo.
  • Desregulación del sueño: patrones irregulares de sueño y privación crónica de sueño.
  • Ambientes conflictivos: relaciones tóxicas o ambientes laborales estresantes.
  • Cambios estacionales: cambios significativos en la luz solar pueden afectar los ritmos circadianos.
  • Falta de apoyo social: aislamiento y falta de redes de apoyo emocional.

¿Cuáles son los tratamientos más conocidos y efectivos para tratar la bipolaridad?

Según la medicina moderna podemos encontrar diferentes tratamientos muy efectivos para aliviar el trastorno, pero recuerda que solo un médico certificado y especializado en el área puede decidir sobre cuál es el más indicado. Algunos tratamientos son:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): ayuda a cambiar patrones de pensamiento negativos.
  • Terapia de ritmos sociales e interpersonales: mejora la estabilidad de los ritmos diarios.
  • Psicoeducación: enseña sobre el trastorno y sus tratamientos.
  • Modificación del estilo de vida: incluye regularidad en el sueño, ejercicio y dieta.
  • Medicamentos antipsicóticos: existen medicamentos para tratar la bipolaridad, no obstante, solo un médico especialista en psiquiatría puede determinar la clase y dosis para un paciente.

La bipolaridad es una condición compleja y desafiante, pero con el tratamiento adecuado, las personas pueden manejar sus síntomas y llevar una vida plena. Es fundamental evitar factores de riesgo como el estrés crónico y el abuso de sustancias, además de visitar regularmente al médico y cuidar la salud emocional y psicológica. Recuerda, la salud es lo más importante; sin ella, no podemos hacer nada. Prioriza tu bienestar, mantén un estilo de vida equilibrado y busca apoyo profesional cuando sea necesario. ¡Cuida de ti mismo y de tu salud mental!
La Santé es la salud.

Referencias:

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