Cuando estamos durmiendo, nuestro cuerpo y mente se recuperan, se fortalecen y se preparan para enfrentar un nuevo día.

Cada 15 de marzo, el mundo conmemora el Día del Sueño, una fecha que nos invita a reflexionar sobre su importancia para nuestra salud y bienestar. El sueño es mucho más que un simple descanso; es un proceso vital que influye en nuestro rendimiento físico, mental y emocional. Profundicemos en qué es, por qué es importante y cómo podemos mejorar nuestra calidad de sueño.

¿Qué es el sueño?

El sueño es un estado de reposo en el que nuestro cuerpo y mente experimentan una serie de procesos biológicos y fisiológicos fundamentales para mantener nuestra salud. Es un proceso complejo en el que intervienen diversos sistemas biológicos y neurológicos. A lo largo de la noche, pasamos por diferentes fases del sueño, cada una con características distintivas.

Fases del sueño:

  • Fase de sueño ligero: Inicialmente, entramos en una etapa de sueño ligero donde aún somos conscientes de los sonidos y estímulos del entorno.
  • Fase de sueño profundo: Durante esta fase, nuestros músculos se relajan, la frecuencia cardíaca y la respiración disminuyen y es más difícil despertarnos.
  • Fase REM (Movimiento Rápido de los Ojos): Aquí es donde ocurren los sueños más vívidos. Nuestro cerebro está muy activo, pero nuestros músculos permanecen paralizados.

Cada etapa es esencial para asegurar un descanso integral tanto mental como físico, algunas de estas son indispensables para promover una sensación de relajación y vitalidad al día siguiente, mientras que otras, contribuyen al proceso de aprendizaje y formación de recuerdos.

La falta de sueño

No dormir bien puede ocasionar dificultades en el aprendizaje y la capacidad de procesar información a corto plazo, además de tener repercusiones negativas en la salud y el bienestar a largo plazo. El sueño afecta el correcto desarrollo de tareas comunes y diarias, el estado de ánimo y la salud, de las siguientes formas:

  • Rendimiento: reducir las horas de sueño, así sea apenas una hora, puede dificultar la concentración al día siguiente y reducir el tiempo de reacción, también, puede hacer a la persona más propensa a correr riesgos y a tomar malas decisiones.
  • Estado de ánimo: el sueño afecta el estado de ánimo; un sueño insuficiente puede provocar irritabilidad y contribuir a los problemas de relacionamiento, en especial en los niños y los adolescentes. Asimismo, las personas que no duermen lo suficiente son más propensas a deprimirse.
  • Salud: la falta de sueño o la falta de calidad d el mismo, aumenta el riesgo de tener presión arterial alta, enfermedades cardíacas y otros problemas de salud. Algunas hormonas que se producen durante el sueño afectan el uso de la energía por parte del organismo, esto puede ser el motivo por el que un sueño inadecuado provoca obesidad y diabetes.

Beneficios de dormir bien:

Dormir bien es esencial para nuestra salud física y mental. Algunos de sus beneficios incluyen:

  • Regeneración celular y reparación de tejidos.
  • Mejora de la concentración y la memoria.
  • Refuerzo del sistema inmunológico.
  • Regulación del estado de ánimo y prevención de enfermedades mentales.
  • Control del peso y prevención de enfermedades metabólicas.

Recomendaciones y estimaciones mínimas de sueño:

La cantidad de sueño necesaria varía según la edad y las necesidades individuales, pero se recomienda:

  • Adultos: Entre 7 y 9 horas por noche.
  • Adolescentes: Entre 8 y 10 horas.
  • Niños: Entre 9 y 12 horas.

Hábitos para dormir mejor:

  • Establecer una rutina: ir a la cama y despertarse a la misma hora todos los días.
  • Crear un ambiente propicio para dormir: habitación oscura, fresca y tranquila.
  • Limitar la exposición a pantallas antes de dormir: la luz azul puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño.
  • Evitar cafeína y comidas pesadas antes de acostarse.
  • Practicar técnicas de relajación: meditación, respiración profunda o estiramientos suaves pueden ayudar a calmar la mente y el cuerpo antes de dormir.
  • Evitar pantallas al menos una hora antes de irse a dormir.
  • Evitar dormir con equipos electrónicos encendidos, como el televisor.

Trastornos relacionados con el sueño:

No dormir bien puede traer complicaciones y afectar negativamente la calidad de vida y la salud en general, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y trastornos mentales, algunos de estos son:

  • Insomnio: dificultad para conciliar el sueño, permanecer dormido o despertar demasiado temprano, lo que resulta en un descanso inadecuado y fatiga diurna.
  • Apnea del sueño: interrupciones en la respiración durante el sueño debido al colapso de las vías respiratorias, lo que puede provocar ronquidos fuertes, somnolencia diurna y problemas de salud graves si no se trata.
  • Síndrome de Piernas Inquietas (SPI): sensación incómoda en las piernas que provoca un impulso incontrolable de moverlas, lo que puede dificultar conciliar el sueño y provocar interrupciones nocturnas.
  • Trastorno del Ritmo Circadiano: alteraciones en el ciclo natural de sueño-vigilia, como el trastorno de cambio de fase horaria (jet lag) o el trastorno del sueño por turnos de trabajo, que pueden causar dificultades para dormir en los momentos adecuados.
  • Parasomnias: comportamientos anormales durante el sueño, como sonambulismo, terrores nocturnos, hablar o comer mientras se duerme, que pueden interrumpir el sueño y afectar la calidad del descanso.
  • Narcolepsia: trastorno del sueño caracterizado por una somnolencia excesiva durante el día y ataques repentinos e irresistibles de sueño, así como cataplejía (pérdida repentina de tono muscular), alucinaciones y parálisis del sueño.
  • Bruxismo: rechinar o apretar los dientes durante el sueño, lo que puede causar dolor facial, mandibular y de cabeza, así como daño en los dientes y trastornos de la articulación temporomandibular.

¿Puedo dormir una siesta?

¡Claro! Algunos estudios sugieren que las siestas pueden traer beneficios en el rendimiento, en el aprendizaje y el vigor de las personas. Los expertos concluyeron que las siestas después de las 3:00 pm y de 10 minutos de duración recuperan de forma inmediata el rendimiento cognitivo y se mantiene así hasta los 155 minutos tras el momento de despertar. Impresionante ¿no es así?

Ten en cuenta que el sueño es un pilar fundamental para nuestra salud. No es solo una necesidad básica, sino una herramienta poderosa para promover el bienestar físico, mental y emocional. Al priorizar el sueño y adoptar hábitos saludables para dormir, podemos mejorar nuestra calidad de vida y prevenir una serie de problemas de salud a largo plazo. En este Día del Sueño, recordemos la importancia de cuidar nuestro descanso, no solo como un lujo, sino como una necesidad vital para vivir plenamente.

Referencias:

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